El penúltimo día de cole recibíamos una visita muy especial: ¡Los Reyes Magos! así que nos dispusimos a prepararla bien decorando la clase con cadenetas (ya os lo enseñaré otro día) y escribiendo una carta muy especial.
¿De qué carta se trataba? ¡Pues claro, la carta a los Reyes Magos! En un folio con nuestro nombre elegimos dos regalos para pedirles a los reyes. Los dibujábamos y escribíamos de qué se trataba.
El hecho de acompañar nuestra carta de dibujos da mucha más seguridad a los niños que aún no están del todo maduros en la lectoescritura. Aunque, a decir verdad, estoy muy orgullosa de lo bien que dibujaron y escribieron sus regalitos porque yo no les dije ni una letra.
Cuando por fin llegaron los Reyes, al día siguiente de escribir la carta, los niños se quedaron entusiasmados. No se creían que pudiéramos tener una visita tan importante en clase y fuimos uno por uno entregando nuestra carta. Nos hicimos una foto con ellos y aprovechamos para recordarles que este año hemos sido muy buenos.
Y ahora, papis y mamis, os quiero hablar de una última cosita: La regla de los cuatro regalos. En Navidad viene siendo habitual ver cómo los niños reciben y abren una enorme cantidad de regalos, acabando muchos de ellos por ser olvidados e inutilizados. El exceso de regalos limita la creatividad del niño puesto que muchos de estos juguetes no ofrecen la posibilidad de inventar con ellos otro tipo de juego o utilizarlo como si fuera algo totalmente distinto (juego simbólico) y además, estamos propiciando en el niño valores consumistas.
Los psicólogos cada vez más recomiendan que el número de regalos que abra un niño han de ser 4. Sí, sí, 4. Has leído bien. ¿Y qué podemos elegir para satisfacer su curiosidad con solo cuatro regalos? Muy fácil:
1. Algo que sirva para llevar (ropa, zapatos, complementos...)
2. Algo para leer.
3. Algo que verdaderamente deseen (el juguete de moda)
4. Algo que verdaderamente necesiten.
¿Os vais a animar esta Navidad a cumplir la regla de los cuatro regalos? ¡Contádme!