El otro día os contaba cómo habíamos elegido ser la clase de las ardillas y hoy os quiero contar cómo hemos empezado a darle forma al proyecto desde el aula.
Gracias a la colaboración de los peques y sus familias hemos ido creando una bandeja sensorial muy otoñal con diferentes frutos secos y dos ardillas. Este tipo de bandejas, en pedagogías tipo Montessori o Reggio Emilia y están dedicadas a un juego más abierto de lo que normalmente entendemos por "juego".
Estos mini-mundos permiten:
- desarrollar la imaginación.
- realizar juegos de contrucción.
- ampliar el vocabulario.
- estimular los sentidos, sobretodo el tacto.
- comprender una realidad, como este caso el hábitat de las ardillas, de una forma mucho más real y cercana.
Al aula fueron llegando poco a poco diferentes elementos de nuestra bandeja, que fuimos observando: primero unas ardillas muy resultonas hechas con limpiapipas, luego unas avellas; después llegaron varias piñas y piñones, alguna castaña, bellotas y hojas de encina. Las hemos ido colocando en esta pequeña bandeja del aula y hemos aprovechado también para tocar, oler y disfrutar de la naturaleza. Y es que como decía Aristóteles "nada puede ser aprendido si previamente no ha pasado por los sentidos"
¡Ya casi no nos queda hueco para más!
Por último, me gustaría dejaros un mapa conceptual con todos los puntos clave que vamos a ir tratando en el proyecto de las ardillas. Podéis descargarlo aquí
¡Espero que os guste la entrada!
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